Ya no me sorprende que al proyecto de ley que permitirá construir a veinte metros de la costa, además de legalizar todo tipo de chiringuitos y desmadres urbanísticos, se le llame
Ley de Protección y Uso Sostenible del Litoral.
Tampoco me llama la atención que a la ley más restrictiva e invasiva sobre el derecho de la mujer a decidir acerca de su embarazo se le llame
Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada.
Ni que decir tiene que a la ley de marcado carácter preconstitucional que pretende, entre otras cosas, inhibir el derecho de manifestación se le llame
Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana.
Así que no debería extrañarnos que la
Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) sea, como las anteriores, todo lo contrario.