domingo, 26 de octubre de 2014

Las comparaciones son odiosas... o no.

Estoy teniendo la fortuna de conocer el sistema de FP a distancia en la Comunidad Autónoma de Canarias, donde llevan unos cuantos años de ventaja respecto a la implantación en Galicia. Recordemos que la Comunidad Autónoma de Galicia fue una de las que más ha tardado en ofrecer este tipo de estudios en el conjunto del Estado, tan necesarios en el contexto socio-económico actual.

La primera gran diferencia de Canarias respecto a Galicia está relacionada con los materiales institucionales:
  • En Galicia el profesorado tiene que utilizar los materiales que proporciona la Administración, grave error desde mi punto de vista, pero en Canarias no. 
  • En Galicia no se pueden modificar los materiales, error todavía más importante, y en Canarias sí. Los contenidos están disponibles para su uso y modificación si el docente lo considera oportuno.
Otra diferencia importante es la que hace referencia a los itinerarios formativos. En Canarias, por ejemplo, la titulación del grado superior programación de aplicaciones informáticas se estructura en tres tramos. Normalmente un tramo se corresponde con un curso académico, aunque una persona, dependiendo de sus circunstancias, puede terminar la titulación en menos tiempo. En Galicia la FP presencial dura lo mismo que la FP a distancia.

También el modelo de e-learning es distitno. Mientras que se Canarias se apuesta por el b-learning en muchos ciclos, donde existen tutorías obligatorias, es decir, el estudiante está obligado a asistir una vez a la semana al centro, en Galicia la asistencia a las tutorías es voluntaria. A pesar de que el b-learning resta flexibilidad al modelo, bien planteado puede facilitar el desarrollo de actividades de difícil realización en remoto, especialmente en determinados ciclos, donde los docentes manifiestan grandes dificultades para impartir determinados contenidos: ¿cómo es la textura de una masa de empanada?

Otra cuestión es la ratio profesor/alumno. En Canarias, a partir de 30 estudiantes matriculados se realiza un desdoble del aula presencial. En Galicia las docentes pueden llegar a soportar 50 estudiantes por aula.

Aprendamos los unos de los otros, aunque como muy bien dice un refrán gallego "ninguén escarmenta en cabeza allea" (nadie escarmienta en cabeza ajena).