martes, 26 de marzo de 2013

Formación Profesional en Europa: convergencia o divergencia

Una de las preguntas que responde el recomendable artículo "Una historia de la formación profesional en Europa: de la divergencia a la convergencia", publicado en la Revista europea de Formación Profesional del CEDEFOP, es por qué los sistemas educativos de FP son tan divergentes en Europa.

Los diferentes ritmos de industrialización de cada país o sus necesidades socio-económicas concretas son algunos de los motivos que apunta. También es interesante ver en ese artículo que hacia la mitad del siglo XX existían en Europa tres modelos de FP que, en esencia, no han cambiado mucho desde entonces: El modelo liberal, implantado en países como Inglaterra, Irlanda, etc; el modelo de Estado, adoptado en los países nórdicos y los países del sur de Europa, incluido Francia; y el modelo dual, implantado en Alemania y su área de influencia. Desgraciadamente, la revista ya no se edita. 

Pero ¿se ha hecho algo en Europa para que los sistemas de formación profesional converjan? Lo cierto es que sí. Se han llevado adelante varias iniciativas, pero dos de ellas han sido especialmente importantes:
  1. Por un lado, en un intento de aunar esfuerzos y tender a la convergencia se desarrolló el llamado Proceso de Copenhague, una acción en el ámbito de la formación profesional similar al proceso de Bolonia en educación superior. Se inició en el año 2002 y su objetivo es dar mayor visibilidad a la FP, así como conseguir una formación profesional de mayor calidad en Europa. El Proceso de Copenhague se ha venido revisando cada 2 años, hasta el año 2010, y sus acuerdos se han hecho públicos mediante diferentes comunicados.
  2. Por otro lado, el Marco Europeo de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente, que ha permitido a cada país definir su Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales (CNCP), favoreciendo, independientemente del modelo que se use en cada uno, la movilidad y la formación permanente de las persona. El CNCP de cada Estado miembro se encuentra en un proceso de actualización permanente para adaptarse lo mejor posible a los cambios del mercado laboral. Para entender cómo funciona el sistema de cualificaciones recomiendo el artículo de Marcelino Martell: La Formación Profesional en España (I).
Los sistemas de educación profesional en cada país son divergentes y cambiantes. Esto puede ser una virtud en cuanto a la flexibilidad que proporciona a cada Estado, pero también puede tener consecuencias negativas relacionadas con la movilidad entre países o la compatibilidad de títulos, por lo que las iniciativas anteriores son de vital importancia.

De todos modo, la futuras acciones de convergencia de los sistemas de FP que, con toda seguridad, se seguirán desarrollando deberían tener en cuenta los siguientes factores.
  1. Hay que democratizar al máximo el proceso de convergencia, implicando a todos los actores.
  2. Cada país y su economía tienen su idiosincrasia. No se pueden importar, sin más, modelos de otros países con otro contexto socio-económico, tecnológico, etc. Aquí no vale el café para todos. Los sistemas de FP existentes en Europa son resultado de la evolución de los gremios, de los distintos niveles y velocidades de industrialización, de las características propias de cada país, etc.
  3. Se deben valorar los aspectos de financiación necesarios para llevar a cabo todo el proceso.
  4. A pesar de que la FP está muy vinculada al mundo empresarial hay que evitar mercantilizar el sistema educativo.
Veremos cómo evolucionamos.

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