Hace unos días hablé en este blog sobre tecnologías educativas emergentes pero, sin una metodología adecuada, las herramientas no sólo no mejoran el proceso formativo, sino que lo empeoran.
Así que hoy menciono un interesante paradigma pedagógico usado en b-learning, llamado "La clase al revés" (The Flipped Clasroom). La idea es sencilla: invertir el método de enseñanza tradicional, de tal forma que lo que se hace en clase se haga en casa y lo que se hace en casa se haga en clase.
Así, si en una clase tradicional se explica en el aula la lección y se proponen ejercicios y actividades para hacer en casa, en esta propuesta el alumnado estudia la lección en casa, a su propio ritmo, comunicándose con otros alumnos, visualizando algún podcast que previamente ha colgado un profesor o utilizando probablemente algún tipo de software social. Al llegar a clase realiza, fundamentalmente, actividades prácticas, colaborando con otros compañeros y guiado por el profesor para comprender los conceptos clave.
El modelo tiene la ventaja de que permite al docente dedicar el tiempo del aula a aclarar temas complejos, o para ayudar a los estudiantes a resolver problemas con las tareas o proyectos asignados.
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